Lecturas: Huaco retrato

La sufrida artesanía del yo

por Natalia Brandi

“Lo más extraño de estar sola aquí, en París, en la sala de un museo etnográfico, casi debajo de la Torre Eiffel, es pensar que todas esas figurillas que se parecen a mí fueron arrancadas del patrimonio cultural de mi país por un hombre del que llevo el apellido”: La protagonista de Huaco retrato, que coincide en nombre y apellido con la autora, se detiene frente a la vitrina donde se exhibe la tumba vacía de un niño peruano. El reflejo de su propia piel y de su fisonomía será el disparador para el inicio de la historia. 

Una historia muy cercana a la biografía de Gabriela Wiener, periodista, autora de libros de crónica y de no ficción, que se involucra como protagonista; una novela en la que esa muchacha, que ella ve reflejada en la vitrina del museo, actúa como doble de sí misma, y construye el artilugio de tomarse como personaje. Una interesante herramienta disociativa que permite a los autores jugar con su experiencia en primera persona.

    Huaco retrato es una novela biográfica en la que se hilvanan tres proyectos que la autora trabajaba en paralelo y que decidió reunir: ser la descendiente peruana de un huaquero, la hija de un hombre que llevaba dos familias paralelas, y la que motoriza una relación poliamorosa. El hilo conductor de todas será la ilegitimidad, la bastardía.

La primera historia trata sobre la vida de Charles Wiener, el tatarabuelo de la autora, que, en un encuentro de “choque y fuga”, deja embarazada a una mujer y, consecuentemente, abandona al primer Wiener peruano, dando inicio una estirpe de bastardos.

La segunda historia involucra el duelo por la muerte del padre de la protagonista, donde se entera que él también tuvo una hija fruto de una doble vida familiar.

La tercera historia es la de la propia Gabriela, quien, acaso para evitar repetir patrones, elige vivir una relación de poliamor y, como fruto, da un hijo cuya maternidad también podría considerarse ilegítima. En un intento por separarse de su estirpe, la protagonista se juega por esta forma de familia, pero el devenir de la trama le develará que tal vez no sea tan distinta como piensa, o tal vez sí.

Un huaco retrato es una pieza de barro que se encuentra en las huacas, los sitios andinos sagrados, y que tiene la particularidad de representar los rasgos de un rostro indígena de modo tan realista como una suerte defoto carnet prehispánica”, según dice Wiener. A los saqueadores de los patrimonios que extraen las piezas y las llevan a los museos europeos, la autora los llama huaqueros.

Wiener lleva un apellido que nada tiene de ascendencia autóctona peruana. Charles Wiener, su tatarabuelo austríaco-judío nacionalizado francés, fue un personaje renombrado por historiadores, que supo elaborar los mapas preliminares para arribar a Machu Pichu. Un saqueador, según su tataranieta, un huaquero. Dejó un libro que se llama Perú y Bolivia, que la novela va a recorrer conforme avance el relato, en el cual Charles cuenta el Perú del siglo XIX de un modo absolutamente racista, la mirada blanca que viene a “civilizar”. La protagonista buscará una nueva identidad para el venerado patriarca familiar y, a partir de allí, deberá reconstruir su propia identidadGabriela Wiener lleva el apellido de Charles y la fisonomía de un huaco retrato. Es una “encarnación del proyecto civilizatorio llamado mestizaje”, tal como ella se define. Paradoja que intentará desentrañar en su relato.

“Cuando vine a vivir Madrid y supe lo que quería decir sudaca no me sorprendió. En Lima muchas veces había oído asociar mi color de piel con el color de la caca”: La protagonista vive en España y debe viajar a Perú por la muerte de su padre, donde confirma la doble vida que él llevaba a partir de su teléfono celular, es decir, a partir de que ella también saquea un patrimonio privado. Cuánto hay de símil y cuánto de diferente de aquel antepasado que tanto desdeña. 

“Conozco bien la sufrida artesanía del yo, lo delator de mi materia prima, del material en bruto en una historia sin ficción aparente y los peligros de la construcción de un personaje que eres tú, cuando aún no se domina del todo el arte de limpiar las basuritas de contarse a uno mismo”: Huaco retrato es una historia íntima que, a partir de la muerte del padre, rebusca en la vieja herida que tiene que ver con el linaje genealógico e intenta la visibilización de las ramas del árbol talado y su consecuente sanación.

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