Rescates: Feria del Libro Antiguo

Fetiches de otros tiempos

Por Salvador Biedma

Obras en PapelDesde el 1° hasta el 5 de septiembre se va a llevar a cabo la 14ª edición de la Feria del Libro Antiguo de Buenos Aires. Después de la edición de 2019, que tuvo lugar en el Centro Cultural Kirchner, el año pasado el Covid19 no permitió la actividad, que se hará ahora en formato virtual, con charlas y material selecto (libros, grabados, mapas, fotografías y afiches, que estarán a la venta) de veinticinco librerías.

Una pregunta cae de madura: ¿qué es exactamente un libro antiguo? No hay una definición unívoca. Se supone, en principio, que son aquellos volúmenes publicados en el período manual de la imprenta, antes de la composición tipográfica en metal caliente que implicó la industrialización. Se trataría, entonces, de ejemplares aparecidos a más tardar durante la primera mitad del siglo XIX. Sin embargo, hay quienes afirman que un volumen impreso hace más de cien años debe considerarse antiguo.

Desde una perspectiva más abierta, estos libros conjugan cierto tiempo de publicación con otras características que le den un valor singular. Así, un ejemplar recién editado no entraría en la categoría, pero sí uno de hace cuarenta años difícil de conseguir y buscado por bibliófilos. Porque, además, siempre aparecen ligados a ese mundo los libros “raros”, ejemplares que cabría ubicar en la sección Tesoro de una biblioteca pública.

Cualquiera sabe que las librerías de usados no tienen la misma oferta que una librería de “nuevos”, que vende los títulos del catálogo de editoriales activas. Entre las librerías de usados, unas pocas ofrecen un buen número de ediciones difíciles de conseguir. La frase que más se escucha en ese ámbito, el tesoro más obvio y que más codicias enciende, es “una primera edición de Borges firmada”, que en ningún caso llega aún a los cien años de existencia.

Las librerías de las que hablamos, en ocasiones llamadas “anticuarias”, suelen tener una importante cantidad de ejemplares editados hace más de cuatro o cinco décadas y pueden ofrecer también mapas, grabados, afiches, partituras o fotografías. Hasta el color que predomina en los estantes y mesas es particular, por el tipo de encuadernación y la tonalidad que adquiere el papel al correr el tiempo.

ALADA, la Asociación de Libreros Anticuarios de Argentina, se fundó en 1952 y se refundó en el año 2000. Entre las 35 empresas que la integran se cuenta la Librería de Ávila, considerada la primera de Buenos Aires, con raíces en el siglo XVIII, y también hay proyectos surgidos en las últimas décadas. ALADA está a cargo de la Feria del Libro Antiguo desde su primera edición, en 2004.

Las actividades que se proponen este año abarcan charlas muy diversas, relacionadas con temas súper específicos o bien amplios. Desde una disertación sobre los daguerrotipos de letrados en el Plata entre 1840 y 1860 hasta una entrevista al actor y dramaturgo Rafael Spregelburd centrada en su vínculo con la lectura, pasando por una mesa redonda sobre encuadernación, restauración y conservación de libros, un recorrido por la historia del libro infantil y una entrevista de Silvina Friera a Mariana Docampo sobre las primeras escritoras argentinas. El abanico de temas refleja, de algún modo, los muchos universos que uno puede encontrar en este tipo de librerías.

Los bibliófilos y coleccionistas conocen bien el circuito. Cada una de las librerías especializadas, en un ámbito reducido, pero de pasiones encendidas, maneja especialidades que le permiten contar con un elenco de clientes más o menos estable. En ese mundo, por cierto, se sostiene y circula una parte de la historia que de otro modo seguramente se perdería y cuya tasación no mucha gente conoce.

Para inaugurar la feria, el especialista Víctor Aizenman –traductor, docente, propietario de una librería anticuaria sobre la avenida Las Heras–, hablará de la bibliofilia como “una pasión perdurable”. Aizenman, que comenzó trabajando de bibliotecario en su adolescencia, tiene decenas de manuscritos de Borges y, de hecho, en marzo puso a la venta en la Feria del Libro Antiguo de California los originales de dos cuentos del autor.

 La redención del tiempo

 Entre las “joyitas” que estarán disponibles en la web de ALADA nos encontramos, por ejemplo, con:

Una edición de 1676 de poemas de Horacio publicada en la imprenta de Daniel Elzevir, en Ámsterdam. La familia Elzevir fue famosa en su época por sus libros de autores clásicos en formato pequeño, accesibles y de calidad, que suelen mencionarse como antecedente de los libros de bolsillo actuales. Desde hace ya más de tres siglos, las ediciones elzevirianas son buscadas especialmente por bibliófilos y coleccionistas. Librería La Teatral.

Corán 1770 Un Corán manuscrito de alrededor de 1770, con encuadernación en cuero marroquí y ornamentos en oro. Está escrito en nasji, el estilo de caligrafía árabe más usado actualmente, en dos colores: rojo y negro. La cantidad de detalles, tanto en las tapas como en el interior, impresiona hasta dejarlo a uno al borde de la hipnosis. Con más de seiscientas páginas, el volumen mide 24 x 18 x 8 cm. Alberto Casares.

La primera edición del primer libro de Julio Cortázar, Presencia, publicado bajo el seudónimo Julio Denis en 1938. Se trata de una serie de sonetos de la que luego el escritor abjuró como “un pecado de juventud”. La tirada fue de apenas 250 ejemplares y salió bajo el sello El Bibliófilo, a cargo del legendario librero y editor Domingo Viau. Un volumen muy difícil de encontrar, que sin dudas va a atraer a varios interesados. Librería Aquilanti.

Un álbum de 250 fotografías de hace cien años, tomadas durante la Exposición Rural Argentina de 1921 en el predio ferial de Palermo. Sin autor identificado, las imágenes (de 20 x 25 cm, obtenidas con la técnica de gelatina de plata) muestran escenas típicas en las que aparecen vacas, caballos, ovejas y cerdos. La serie, de gran calidad, permite advertir lo mucho y lo poco que han cambiado las cosas en un siglo. Librería Poema 20.

Libro valija El libro-valija Octavio Paz/Marcel Duchamp, publicado por el sello mexicano Era en 1968. Un particular estuche al estilo de La Boîte-en-valise que consta de seis secciones, con un ensayo de Paz sobre Duchamp, una selección de textos del artista francés y reproducciones y fotografías de algunas de sus obras. Al verlo, uno se siente delante de un extraño rompecabezas o de un juguete futurista de otra época. Librería The Book Cellar & Henschel.

Las actividades podrán seguirse ingresando en: www.alada.org.ar. Más allá de la feria, las librerías anticuarias se mantienen abiertas todo el año y vale la pena visitarlas en algún momento. Pueden revelarse como un paseo lleno de gratas sorpresas. Es que la mayoría de los amantes de la lectura tienen un costado fetichista, y sienten el aguijón de la curiosidad en cuanto escuchan “primera edición” o ven un volumen del siglo XIX.

Fotos: Gentileza de ALADA (Asociación de Libreros Anticuarios de Argentina)

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