Cría cuervos
La ficción distópica elige ubicarse en el futuro para hablar del presente (algo así podría también decirse de la ficción histórica) porque, como dice la canción, “no hay otro tiempo que el que nos ha tocado”. Muchas veces se habla del valor profético de estas ficciones que proviene, en realidad, de un agudo sentido de observación de diferentes líneas, fuerzas, ideas presentes en la sociedad que se ponen en diálogo y se las desarrolla hacia algún extremo. Como si se nos dijera “esperen un poco y van a ver en qué termina esto”.
La escritora española Marta López Luaces, en Urbanización X, recoge varios de los problemas presentes en nuestra realidad y construye una historia ubicada en el fin del siglo XXI. ¿De qué habla la novela de López Luaces? De femicidios, del desastre climático, de la desigualdad social, del narcotráfico, de lo económico como valor supremo y la transformación del ser humano en mercancía, de la resistencia de unos pocos. Habla, en todo momento, de la violencia: nada que uno no pueda encontrar en las noticias de hoy. Sin embargo, la apuesta de la autora es mostrar las relaciones que vinculan estos temas e imaginar las consecuencias a las que ineludiblemente la situación puede llevar.
Para ello construye un universo en el que el mundo está organizado globalmente. Las personas viven segregadas en espacios cerrados –urbanizaciones–, guetos de los que es muy difícil salir. Cada una de ellos recibe por nombre una letra de la A a la Z, en orden descendente de riqueza y bienestar: la A es el lugar de los más privilegiados, la Z es el lugar de lo invivible. Este mundo es gobernado por una entidad, abstracción hecha de todo nombre propio, llamada la Administración. En la denominación se concentra la ideología del gobierno: los valores económicos y mercantiles son la regla. En este mercado, los pobres son el lastre de la economía y las mujeres, el elemento descartable, únicamente valoradas por su capacidad gestante o por su uso como prostitutas. Secuestrar mujeres, venderlas, matarlas y desecharlas a la vista de todos es parte de la realidad de las urbanizaciones marginales, aunque la amenaza también está presente en las medias y, tal vez, en las más altas.
La idea de que el poder esté en manos de una abstracción deshumanizada sigue la línea de Orwell, de la que López Luaces se confiesa deudora. Frente a esto, la Comuna, el grupo de la resistencia, tiene héroes individualizados –aunque sólo identificados por nombres de pila, sin apellido, como los héroes clásicos–, que han dejado enseñanzas y propuestas, tal como remarcan los comentarios de algunos de los usuarios que hacen de contrapunto a la voz principal. El mundo globalizado, sujeto a una especie de gobierno mundial, es una estrategia narrativa que reduce las variables y favorece la alegoría.
La historia transcurre en 2099 y es relatada por Uxía, una joven hija de “patrones” de un cartel narco dedicado además a la trata de personas. Son los jefes de la Urbanización X, en los márgenes últimos de este mundo global. “Allá donde quedan pocas mujeres quedan pocas esperanzas. La desesperación es muy comprensiva y por eso mismo, muy cruel”. Uxía escribe en un blog una suerte de justificación de su accionar –iremos viendo cuál es a lo largo de las páginas– en el que, además, recibe los comentarios de diferentes usuarios de esta posible red social.
La voz de la narradora –una privilegiada, debido a la posición económica de sus padres– muestra una vertiente crítica que, a la luz del accionar que elige seguir, se carga de cinismo. “Hemos normalizado el mal”, dice y más adelante aclara: “En un mundo sin relaciones humanas sólidas, los individuos se identifican con los productos comerciales. Quizás por eso hemos aceptado que las personas se transformen en bienes”.
A lo largo de la novela, la forma elegida le permite a la autora introducir otras voces que, como un coro griego, comentan, rebaten, amplían, acusan y rechazan los dichos de Uxía. “Se cree por encima del bien y del mal. Hace y dice lo que le da la gana sin consecuencias. Es despreciable”, dice Sonia, de la Urbanización R. Estas voces van armando el fondo sobre el que Uxía construye su relato personal.
Un trazado desde lo que van diciendo los comentarios, permite armar la estructura de algunos personajes a través de estas voces diferentes: lanaranjamecánica@urbanizaciónX rinde homenaje a Burgess y utiliza el nadsat, el lenguaje creado por el novelista inglés para la novela que el usuario elige como identificación; Gabi@urbanizaciónI es la encargada de presentar el pasado, los antecedentes que ocasionan la situación del presente narrativo; Moia@urbanizaciónX aporta datos teóricos, bibliografía verificable, como la de Bifo Berardi, Sayak Valencia, Foucault o Frederic Jameson
Con estos elementos, López Luaces construye, en la voz de Uxía, una novela de aventuras que se recorta sobre un fin de siglo XXI en el que el desastre ambiental y la supremacía de valores mercantilistas han transformado los modos de habitar el mundo. El homo sapiens se ha apoderado del planeta y ha instalado un esquema social depredatorio no sólo de la naturaleza sino de sus propios congéneres. Y esto, como dice la narradora, termina devolviéndolos a lo peor de la condición animal: “la sobrevivencia impone su propia moralidad: nuestro siglo nos ha convertido en cuervos”.