Lecturas: La teoría de la bolsa de la ficción

Si pensamos la ficción como una bolsa

¿qué queremos que haya dentro de esa bolsa?

por Anahí Flores

La teoría de la bolsa de la ficción, libro recientemente editado en Argentina por Rara Avis, es un ensayo de Ursula K. Le Guin en el que reflexiona sobre el acto de contar historias, ya sea para narrar la vida en general —contar una historia que se supone que haya pasado— o historias de ficción. Le Guin nos plantea las siguientes inquietudes: ¿de qué manera se pueden contar las historias? ¿Cómo se han venido contando? ¿Por qué los héroes fueron siempre los protagonistas? Y ¿por qué seguimos manteniendo esa estructura clásica del inicio, nudo, desenlace, centrado en un conflicto principal donde el héroe es la figura más importante?

En la época de las cavernas, para subsistir, se recolectaban granos y se cazaban animales. Era mucho más emocionante escuchar los relatos de quienes cazaban mamuts (generalmente hombres) que los relatos de quienes recolectaban semillas (generalmente mujeres). Pero no fue la carne lo que marcó la diferencia, nos dice la autora. Fue el relato. Fue el entusiasmo al narrar la cacería, donde hay un héroe indiscutible (el cazador con su lanza), y hay sangre y lucha y peligros y tal vez muerte y mucha más emoción que la que puede haber en el relato de quien saca semillas de una planta, una tras otra y, a lo sumo, recibe picaduras de insectos.

Hay una teoría según la cual, mucho antes que un arma, lo que se inventó fue un recipiente, algo donde contener agua, semillas, comida, lo que haya sido recolectado. Los teóricos la llaman teoría de la bolsa de la evolución humana. Y, de ahí, Le Guin desprende su teoría de la bolsa de la ficción, que desarrolla y publica por primera vez en 1988, bajo el título The Carrier Bag Theory of Fiction.

El relato de los cazadores tiene que ver con cazar, golpear, violar, matar. Es un relato heroico. Pero hay otro tipo de relato, el de quien recolecta (en una vasija) y lleva todo a su hogar (una vasija más grande, que contiene personas). Es la historia no contada, la historia de la vida.

Pensemos en estas dos matrices. Primero, en la forma del relato del cazador: empieza como una flecha o lanza, avanza hacia el objetivo y da en el blanco, que cae muerto. Este relato nos enseña que lo fundamental es el conflicto y que, si no hay un héroe, la historia no vale la pena.

Ahora pensemos en la forma del relato de la bolsa: es un proceso continuo. Y el héroe no encaja acá. El héroe necesita un pedestal y, en una bolsa, se mezclaría con los demás. En la bolsa de la ficción no hay héroes: hay personas. Y hay tiempo y espacio.

A partir de este punto, podemos considerar la bolsa como una matriz para contar historias, tanto en la vida como en la ficción.

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