Nuevos caminos
por Maumy González
El arte de la escritura es el arte de descubrir en qué crees.
Gustave Flaubert
A finales del 2011 dejé de lado la ingeniería para dedicarme a la escritura. Estoy convencida de que no fue azaroso que, en aquel momento, Alejandra Laurencich me ofreciera formar parte de la revista literaria La Balandra cuando aún era apenas un proyecto en construcción. Tampoco fue azaroso que Carlos Costa me ofreciera, en 2019, la responsabilidad de gestionar el Área de Comunicación y Prensa de la Fundación La Balandra, cuando apenas apenas arrancaba como institución dedicada a apoyar y difundir la narrativa y sus hacedores.
Han sido doce años de manejar redes sociales, redactar notas y comunicados de prensa, contactar periodistas, medios y escritores, diseñar y coordinar concursos, talleres, seminarios, clínicas, charlas, eventos y un gran etcétera que no vale la pena detallar pero que, en definitiva, conforman el corpus de un aprendizaje intenso y variado. Algo que me hizo crecer como gestora cultural, enriquecerme como escritora y, especialmente, descubrir nuevas facetas en mí como persona. He disfrutado muchísimo el camino que he recorrido hasta ahora. Y estoy sumamente agradecida de haber vivido esta experiencia. Sin ella no habría conocido toda la gente hermosa que hoy conozco, ni sería esta que escribe.
Sin embargo, así como estoy convencida que nada de aquello fue azaroso, también creo que cada experiencia que vivimos es una etapa y, como etapa, debe tener un punto y aparte que nos permita cerrar el párrafo y avanzar hacia nuevos lugares, recorrer nuevos caminos. Por eso, hoy debo decir hasta luego a mi rol como Responsable de Comunicación y Prensa de la Fundación La Balandra, y digo hasta luego porque no es que me despida sino que me desvinculo de un rol que necesita una dedicación a tiempo completo que, en este momento de mi vida, me gustaría dedicarle a escribir, leer, dibujar, enseñar y disfrutar del campo donde vivo. Quedaré, entonces, como Consultora y estaré a disposición para cualquier acción en la que pueda colaborar con la institución y, seguramente, nos reencontraremos más pronto que tarde.
Le deseo a quienes conforman la Fundación La Balandra, a la Fundación misma y la comunidad de navegantes que la acompañan, el mayor de los éxitos.
Espero que sigan encontrando en la escritura nuevos y extraordinarios descubrimientos.
