Lecturas: Fallar otra vez
Aunque el terror nos paralice
por Hernán Carbonel
“En el fracaso, en eso sí que creo. Digamos que soy un experto en esa materia, fracasando me muevo bastante bien. El fracaso debe ser el más genuino proyecto surgido de la condición humana”, solía repetir el novelista, periodista y editor Gabriel Báñez.
Fallar otra vez hace honor a aquella máxima de Báñez y la lleva a un lugar de encuentro con la necesidad de enfrentar los propios errores; la puesta en pie de aquel que saca pecho frente sus yerros y hace alharaca ante sus propias pifias.
Editado por Gris Tormenta (Querétaro, México, 2022), el corpus central del volumen es una conferencia que dictara Alan Pauls en Casa de América de Madrid, en 2019, en el marco de un curso para el desarrollo de proyectos cinematográficos, bajo el título “Probar otra vez. Fallar otra vez. Fallar mejor”, frase que pertenece –nada más y nada menos– a Samuel Becket.
A partir de los casos de James Joyce, Marcel Proust y César Aira, Alan Pauls propone una serie de dinámicas perfiladas desde distintos enfoques: “Por qué es tan difícil corregir”; “la incertidumbre, las vacilaciones, las ideas brillantes que no duran dos páginas”; “el clima que no termina de sentirse, el tema que no se deja tratar”; la sensación de que “lo que hicimos no funciona, no hechiza a nadie”; la distancia entre “lo que nos ha sucedido” y “lo que nos espera” frente a la fatigosa empresa de cambiar, transformar, reconvertir un texto.
Porque “corregir nos confronta con nuestros vicios, nuestras incomodidades, nuestra pereza y con el repertorio de coartadas grotescas”. “Lo que enloquece de corregir es precisamente”, dice Pauls, “que hay que seguir haciendo lo mismo, darle vueltas a lo hecho, retocar, cambiar, ajustar, mejorar lo que ya está”. O sea, lanzarse a lo imposible: “nada hace posible tantas cosas nuevas como una situación imposible”: “Hay que corregir, aunque el terror nos paralice”. “Dejar de pensar la corrección como un trabajo forzado” y “empezar a pensarla como una fuerza, como una posibilidad”. La corrección no es “higiene de la escritura”, sino “su continuación por otros medios”. “Hay corrección porque no hay ni puede haber satisfacción”.
Asterisco para la edición: la de Gris Tormenta es una publicación pocket, de bolsillo, y no más de setenta páginas, donde caben casi tantos paratextos como texto en sí. A la “Presentación” que abre “La colección Editor” le sigue un abundante prólogo de Julián Herbert (la relación con los correctores de estilo, las redes sociales, la corrección pero política, lo ideológico frente a lo estético, la escritura como un montaje, el narcisismo); luego, sí, la conferencia de Pauls y, como cierre, una extensa biografía de ambos. Gris Tormenta, vale decir, es una editorial de ensayo literario y memoria que busca publicar textos que reflexionen sobre la cultura y el pensamiento contemporáneos y que giran en torno al libro en sí. Como éste de Pauls, que busca, justamente, eso: rodear la idea de la escritura, y, claro, la de escribir mejor.
