
En otro momento, en una conferencia sobre el origen de algunos de sus cuentos, Borges dice como al pasar algo iluminador (y desestabilizador porque pone en entredicho todo lo anterior) y acá no habla de la forma de los textos sino del lector de cuentos: “Croce creía que no hay géneros; yo creo que sí, que los hay en el sentido de que hay una expectativa en el lector. Si una persona lee un cuento, lo lee de un modo distinto de su modo de leer cuando busca un artículo en una enciclopedia o cuando lee una novela, o cuando lee un poema. Los textos pueden no ser distintos, pero cambian según el lector, según la expectativa. Quien lee un cuento sabe o espera leer algo que lo distraiga de su vida cotidiana, que lo haga entrar en un mundo, no diré fantástico, pero sí ligeramente distinto del mundo de las expectativas comunes”.
Otra vez el diálogo con Poe. Poe decía que el valor de un cuento no está en la reflexión que suscita sino en la emoción que nos hace sentir durante la lectura. Esto es lo que Borges llama expectativa y es lo que definiría al género. Es decir, no ya la brevedad ni el manejo de la intriga, el tipo de anécdota o la relación entre los dos argumentos sino lo que el lector espera de ese tipo particular de texto que es un cuento literario. Una carga de ansiedad, leer sentado en la punta de la silla. Lo mismo que defendía Carver, “debe haber un aire de amenaza, la sensación de que algo es inminente”.
PD: Borges demostró esta última afirmación de un modo magistral con su texto “El acercamiento a Almotásim”, una pequeña nota bibliográfica que publicó a mediados de los años 30 en la parte final de Historia de la eternidad, un libro de ensayos. Años después, incluyó ese texto en otro libro, El jardín de senderos que se bifurcan, su primer volumen de cuentos. En otras palabras: publicó como ficción el texto que antes había publicado como ensayo. No le toca una coma, no cambia palabras, no altera el orden del original. Pero ya no es el mismo texto. ¿Por qué? Porque al cambiarlo de contexto hace que lo leamos de otra manera, con otra expectativa, con la expectativa con la que se lee un cuento. “¿Qué es, pues, “El acercamiento a Almotásim”?”, se pregunta Alan Pauls. “¿Noticia bibliográfica o relato? No hay respuesta. No podría haber respuesta. Porque en el sistema Borges la respuesta es móvil”.