Lecturas: Fugas
Enfrentarse a las esencias
por Gastón Fiorda
“Todo lo importante sucede a lo largo de estos veintiún relatos de Gustavo Bedrossian”, dice Mirta Hortas en la contratapa. Y es cierto. Fugas es un entramado de historias contadas de a retazos, de un modo íntimo, personal. Un pasado que no es tal pero que nos condiciona, que regresa para interpelarnos, que nos envuelve y nos engaña.
Gustavo Bedrossian cuenta todo con gran simplicidad y economía de palabras. Tarea difícil para cualquier escritor de la que sale muy bien parado. Cuentos breves, al hueso, directos, que discuten con los mandatos sociales, los prejuicios, esa suerte de telaraña contractual que firmamos sin saber y que se nos impone al vivir rodeado de muchos otros.
Los relatos, casi todos, tienen una cuota grande de rebelión; es decir, los protagonistas no hacen lo que corresponde, lo que Dios manda. Y se permiten sentir y experimentar sin culpas ni remordimientos. Hay autenticidad en sus acciones, en los pensamientos que afectan sus acciones. O parafraseando a Bedrossian en “Sobre una melancolía”, sus personajes se enfrentan a sus esencias, a sus preguntas, a los costados desnudos de sus espíritus.
Es un gran libro de secretos que por ningún lado propone un lugar seguro, una trama cómoda para el lector; todo lo contrario: es una obra que agiganta viejos fantasmas, haciendo del pasado la mayor revelación del presente.