Lecturas: Persecución

Los laberintos vinculares

por Natalia Brandi

Una joven toma un colectivo luego de su noche de bodas y desencadena un devenir de recuerdos inconexos, que finalizan en un violento accidente. Así arranca la historia de Abby, pero también la de sus padres, de los que prácticamente no tiene memoria. Y con ella vamos armando el rompecabezas de este thriller psicológico que se complejiza en un entramado feroz conforme avanzamos en los hechos.

La estructura se nos presenta en retazos, que iremos enhebrando mientras tratamos de desentrañar, junto con Abby, las voces del inconsciente que, como fantasmas, la visitan en sueños y en la vigilia, confundiendo su cordura. Y nosotros, lectores, participamos del esfuerzo al que se somete la muchacha en el intento por reconstruir su pasado.

Una de las cosas que más admiración genera en esta novela es el narrador. Se detiene en el punto de vista de cada uno de los personajes, aborda su subjetividad psicológica; por momentos toma la primera persona, por momentos se aleja. Conocemos la misma historia narrada tanto por el victimario como por las víctimas. Y lo maravilloso es que Oates se mete en la cabeza de un desequilibrado, que odia al punto de cometer los actos más macabros, con la misma fluidez con que trabaja la psicología de una niña que observa con admiración al padre, en la de la mujer que no termina de asumir la toxicidad de su amor, o en los pensamientos de un joven marido criado en la Iglesia Metodista. Nosotros, lectores, saltamos de un punto de vista a otro, cada vez tenemos más información y cada vez desconfiamos más. Esto nos mantiene en una actitud tan activa que es difícil detenerse hasta llegar al final.

Aunque Joyce Carol Oates nos tiene acostumbrados a novelas extensas, Persecución, en apenas poco más de doscientas páginas, logra con maestría indiscutible adentrarnos en los laberintos vinculares de una sociedad que, mientras se desintegra, elige mirar hacia otro lado. Nos muestra la violencia cotidiana intrafamiliar que termina horadando las relaciones y lastimando la condición del sujeto.

Entendemos, entonces, cuando en la tapa de esta edición de Fiordo, Edmund White nos dice que Oates es una de las cinco grandes novelistas norteamericanas de los últimos cien años.

Abrir chat
Hola, ¿En que te puedo ayudar?
Hola 👋 soy colaborador de Fundación La Balandra 😊 Mi nombre es Milton. ¿En qué te puedo ayudar?