Lecturas: Baltasar contra el olvido

La tristeza como forma del recuerdo

Por Wenceslao Bottaro

El escenario de la novela Baltasar contra el olvido, de Mauricio Koch, es un lugar aislado de la provincia de Corrientes. El personaje es un niño que un día debe afrontar el hecho de que el cuerpo hallado en un campo de los alrededores del pueblo, el cuerpo de una mujer que había sido violada, torturada y asesinada, era el de su madre. Esta es la historia de Baltasar y su lucha contra el olvido. 

Como lectores, sabemos esto porque la estrategia de Baltasar para seguir vinculado a su madre es anotar en un cuaderno todo lo que se acuerde de ella. “Lo que yo pueda acordarme y lo que me cuenten de ella va a ser todo lo que tenga de ahora en más. Todo lo que no sea olvido será mamá”.

El que escribe es un pibe de diecisiete años que ahora se atreve a sostenerle la mirada a los asesinos (todos saben quiénes son) que siguen con sus vidas como si nada hubiese ocurrido porque tienen campos y vacas para comprar justicia y policía. Porque este contar de Baltasar no es sólo reconstruir la vida de su madre a partir de los fragmentos que recupera de la memoria —la suya y la colectiva—, sino también poner en evidencia la siniestra idiosincrasia pueblerina y su culto al silencio cómplice.

Baltasar está lleno de bronca y dolor. Está solo, pero tiene que ganarse la vida. Como es lógico, no puede esperarse de él lo mismo que de sus antiguos amigos que siguen en la escuela. ¿Cómo podría pensar en su futuro con la tragedia que lo obliga a aferrarse al pasado? 

La historia avanza envuelta en una atmósfera de suspenso. Los capítulos breves y la escritura dinámica que refleja el hablar y el sentir de Baltasar, logrados por Mauricio Koch, intensifican la sensación de ansiedad que acelera la lectura. Pero la historia tiene su propia velocidad, la de la vida cotidiana del pueblo y la del proceso existencial que va atravesando Baltasar. 

Las postales de la vida pueblerina se van amontonando en el cuaderno: partidos interminables en la canchita del baldío, salidas a cazar pájaros con la gomera, robos inocentes de mandarinas a algún vecino, los primeros enamoramientos, el eco de las discusiones de su abuela y su madre, el vínculo con su hermano Leo, las escapadas al monte.

Pero el pueblo ya no es ese lugar inmenso de la infancia lleno de lugares fantásticos y de cosas por descubrir. Ahora es un lugar chato, opresivo y asfixiante donde el chisme y las habladurías son endémicas y corrosivas. 

¿Cómo resistir el agobio? ¿Por qué aguantar la indiferencia y la injusticia? ¿Cómo soportar la tristeza y la melancolía? ¿Por qué no huir? 

Tal vez, porque ese lugar que cada vez le deja menos espacios para ser y que le va borrando su historia es, a su vez, la fuente de su voluntad para seguir luchando por construir cada día un presente incierto con los restos de un pasado que va esfumándose:  “En ese pozo negro sin fondo donde parece no haber nada y que llamo olvido está siempre la tristeza. No está vacío, está lleno de tristeza. Y esa tristeza es, también, una forma del recuerdo.”

La novela Baltazar contra el olvido, de Mauricio Koch, fue publicada por la editorial Obloshka, en 2020.