Narrar el ecocidido

por Claudia Aboaf

https://fundacionlabalandra.org.ar/narrar-el-ecocidido/La pandemia desnuda las viejas grietas del mundo, suspende la respiración y el odio emerge como magma violento. La soledad toma estado sólido. Narrar la pandemia, para mí, ha sido y es narrar el ecocidio. De qué está el mundo enfermo. 

Reflexioné si la literatura tenía algo que decir y junto con Gaby Cabezón Cámara y otras colegas, escribimos la carta “No hay cultura sin mundo”, donde nos preguntamos  ¿qué es la cultura? “Ese conjunto de saberes que viene del pasado y va hacia el futuro resultó en prácticas despiadadas y el trato de la vida total como mercancía. Hemos explotado los cuerpos en todas sus formas, en crímenes sexuales, crímenes ecológicos y crímenes políticos. La naturaleza violada parece el permiso para todas las violaciones reiteradas…”. 

Hace muchos años que escribo distopías bio políticas, ecotopías y he vivido la escritura en la tensión entre la poética y la política. Sumé al mar de libros un par de ellos, cuatro para ser más precisa, con un mensaje adentro sin saber si llegaba a las manos precisas pero confiada en que la conexión sensible que establece el narrador con lxs lectorxs tiende un puente narrativo hacia el mundo exhausto o hacia el interior de la naturaleza en donde el yo se expande entre las multiespecies. Magnetizar a los y las lectoras para atraerlxs a un nivel dimensional más complejo. 

En las catástrofes hay milagros lingüísticos, como el lenguaje inclusivo, o los neologismos significativos que se acuñan en este colapso socio ambiental, pero si uno es cauteloso nada sucede, y hay acción en el trabajo artesanal de la palabra para destilar esa potencia poética con lxs lectorxs. La literatura es una acción bella a diferencia de una acción moral que te reprende (retomo a Naess que retoma a Kant, aunque ninguno habla de literatura), que te dice qué hacer. Lxs narradorxs inician a la conciencia en la infancia y como no podemos vivir más que una vida, en los libros recorremos tantas como podamos leer para salir de la burbuja en la que queda confinada. Y si unx está ensimismadx en su burbuja creerá que la pandemia es una sorpresa oculta en una trama, y no que salió de nuestras manos, de manipular bichos, conducirlos al mercado y ponerles precio. Ni notaremos que estamos en sequía, a puro verano, que los bosques son ahora de carbón y ceniza, y que esos signos inmanentes a la naturaleza dejaron de serlo y tendremos que cambiarlos si queremos retratar el entorno presente.  

Llevo un registro temporal de la pandemia dividido en cuatro tramos: primero vino la épica (no podía leer, ni escribir un solo párrafo), luego la desesperanza (me anoté en todo lo que me acercara caras humanas), por fin se manifestó la letra, volvió la lectura (gloria a la literatura). Ahora llegó el cansancio. Estoy “bien” pero me duele el mundo.

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