Afuera
Laura Bertolé
La tarde que se llevaron a mamá pedimos que nos trasladaran con ella, pero no lo hicieron. Sellaron la casa, la cubrieron con un plástico opaco y a nosotros nos dejaron adentro.
Somos cinco, Cora es la mayor y yo le sigo en edad. Estamos aislados, con ropa cómoda y objetos familiares. Limpios al punto de que los chicos no tienen nada bajo las uñas y nuestras pieles empiezan a ser traslúcidas.
Afuera el aire no es aire y la tierra solo sirve para la siembra. Ya no hay animales ni bosque ni pájaros. Los que trabajan en el campo usan trajes especiales que los protegen. Nosotros no tenemos.
Cada vez que termina la cosecha y ya todo fue levantado, vienen a vernos. Adhieren el túnel a la puerta de entrada. Remueven la faja que no nos animamos a cruzar. Nos dejan unas bolsas herméticas con alimentos y otros productos. No nos hablan, no nos tocan sin guantes. Apenas miran cuando nos hacen poner en fila para registrar los datos, extraer la sangre y la muestra de piel. Después sellan todo y se van sin decir nada. Pero no importa, aprendimos a reconocer lo que nos pasa en el cuerpo. Y yo me quedo pensando quién se va a morir primero.
Cora es rubia, pálida y tiene una hendidura en el mentón. Falta de cierre de la mandíbula inferior, le habían dicho los médicos a mamá. Se pasa todo el tiempo frente a la única ventana que no está tapada, nuestro mínimo lazo con el exterior. Me gusta verla ahí, mirando cómo crecen los cultivos, con la frente apoyada contra el vidrio que se empaña cada tanto con su respiración. Ella limpia la humedad con un pañuelo, me observa por un segundo y su mirada va de nuevo afuera. Pareciera que toda su existencia estuviera concentrada en ese ir y venir de las máquinas. A veces pienso que recuerda demasiado y por eso no me habla, quiere guardarse todo para ella. Es una forma que se ha inventado para que el presente pueda ser más tolerable, como si no supiéramos lo que nos sucede, y tal vez tenga razón.
Afuera se ven los granos maduros, jugosos. Los aviones pasan cerca rociándolos con un líquido brillante y el campo se vuelve ocre, azul, reluce. Los más chicos juegan con una caja de fotos, las miran como si cada secuencia hubiera sido propia. Parece que el tiempo les pesara distinto. Yo a veces juego con ellos. Pero el juego se termina cuando me preguntan por mamá. Todavía siento el olor de su piel en los últimos días, un olor ácido y algo almendrado. Los ojos siempre abiertos, la respiración irregular. El recuerdo de su cuerpo consumido, tan liviano que hubiera podido evaporarse.
Por la ventana entra la luz del amanecer. Es el día de la cosecha y el final de este ciclo. Alrededor de nuestra casa el paisaje se modifica tan rápido como el aleteo de un insecto. Miro las manchas en mis brazos, están más claras. Hay una parte en el codo donde la piel ya no está y la carne es seca. Me bajo las mangas de la camisa para que no se noten. Las de Cora empezaron en las piernas y ahora le van subiendo por el cuerpo, hasta el pecho. Pero a ella no le importa.
Afuera las máquinas cortan todo al ras como una navaja. Los granos caen y la tierra va quedando desnuda. Cora se apaga, se vuelve más ausente. Lo que verá mañana será un cuadro sepia sin ningún atractivo. A mamá le gustaba dibujar en días de cosecha. Dibujaba hasta que los lápices se le quedaban sin punta. Cubría las ventanas con imágenes de flores y guirnaldas de papel para no ver el paisaje despojado. Nosotros no lo hacemos, ahora los ciclos son cada vez más cortos y no hay tiempo.
Abro las bolsas nuevas. Esperaba que esta vez hubiera duraznos. Me gustan los duraznos. Los chicos vienen a ver. Sacamos de a una las latas y paquetes sellados. Separo dos para la cena. Lo demás lo guardamos en un orden perfecto. Cora sigue en su lugar, me acerco. ¿Sabés qué día es hoy?, le pregunto. No contesta. Tres años sin mamá, digo. Ella me observa con esa mirada plana que resta importancia a las cosas, y se da vuelta. Ya no me escucha, absorbe el paisaje árido a través del vidrio, centrada en sí misma y sonríe, como si tuviera un secreto.
Agarro las latas y voy a la cocina a preparar la cena. Abro una y la vuelco en la olla. Escucho las voces de los chicos que vuelven a mirar las fotos. El agua hierve y acerco la cara para sentir el vapor, cierro los ojos. Afuera los surcos se abren paralelos entre sí. Conozco el paisaje de memoria. El reflejo del atardecer inunda el campo. Las máquinas derraman un líquido verde que la tierra traga sin pausa. Después vendrá la siembra y las plantas empezarán a crecer, siempre iguales, siempre repetidas.
Vuelvo a la sala a decirles a todos que la comida está lista. Pero no encuentro a Cora. Su lugar en la ventana está vacío. La cortina se mueve como se movía antes, cuando había viento. Veo a los chicos en el suelo, ya no hablan. Miran hacia la entrada, la puerta está abierta, la faja está rota. Un aire denso y artificial nos invade. Les pido que vayan a la cocina y no salgan. Me cuesta respirar, pero igual me acerco para tratar de cerrar la puerta. Entonces la veo alejarse. Afuera Cora camina descalza hacia los cultivos. El cuerpo se le va a deshacer.


Laura Bertolé
(Buenos Aires, 1976)
Escritora y contadora pública. En el año 2010 completó la formación de Escritura Narrativa en Casa de Letras y luego formó parte de varios talleres literarios. Su cuento Sala de espera fue publicado en el cuarto número de la revista La Balandra y fue seleccionado para Audiocuentos de la Nueva Narrativa Argentina en su segunda edición, proyecto en el que también participó como lectora. Ha realizado reseñas de libros y ediciones de textos para distintas entidades. En 2020 publicará su primer libro de cuentos, La belleza ajena, por editorial Indómita Luz.
Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia(?). Me encanto! Me gustaria preguntarle a la autora cuando lo escribio. Antes o despues de esto que vivimos actualmente. Gracias!!!
Me encanto. Tenía ganas de leer más
Es las 5.30 del8-4-20
Hola Emmy, qué bueno que te haya gustado el cuento. Ya vamos a difundir más material de la autora. Espero que más pronto que tarde. Por lo pronto, te invito a seguirla en redes sociales. Si la buscas, seguro la encuentras. Y, si no logras dar con ella, siéntete libre de mandarme un mensaje al info@fundacionlabalandra.org.ar para facilitarte los enlaces. Un abrazo.
Me parece impecable. Y tan premonitorio.
Pensé que era por el coronavirus y luego caí en la cuenta del glisofato y las plantaciones..muy actual
Impresionante cómo nos vamos metiendo en esa casa, hasta se respira un aire distópico; pero el cuento se llama «Afuera». Maravilloso.
Muy bueno especialmente en tiempo de pandemia. Miedo y angustia a contagiarse.
El cuento me generó dos ideas diferentes pero que en algún punto se unen: En primer lugar persarlo como un futuro probable, donde los niveles de desgaste de la tierra y de contaminación del ambiente nos obliguen a vivir en realidades que hoy no imaginamos. La imagen también fue un poco pelicula de los Simpsons (por la burbuja obligada, física), algo que parece irreal pero que siempre nos termina alcanzando.
En segundo lugar, fue inevitable pensarlo en contexto de pandemia y cuarentena, bajo este «ellos y nosotros» que se contruye desde la discursiva actual como si existiera esa diferenciación realmente; me perturbó la similitud con algunas sensaciones actuales, junto con la imagen que compartía la autora que reforzó ese sentimiento de encierro. Tampoco quería dejar pasar la primera sensación y la idea que despierta la lectura fresca en la cabeza y el cuerpo, pero el cuento me dejó con ganas de volver a leerlo, por ahí en otro contexto, a ver que sensaciones diferentes me despierta. Saludos!
Si lo hubiera leído en otro momento, sólo habría pensado que era un excelente cuento de ciencia ficción. En el contexto de esta pandemia, me produce además mucha angustia este mundo posible. No obstante, no cambia su nivel de excelencia. Muy bien logrado el clima. Saludos.
Gracias por pasar a leer y comentar, Melé. Me parece maravilloso que hayas disfrutado la lectura del cuento. Ojalá que los otros también te interesen. Un abrazo.
Me gustó. Recordé al leerlo, los tiempos que transcurren con la pandemia causada por el conavirus.
El texto me sumergió en una atmósfera sofocante…por momentos angustiantes. Una temática muy actual: aislados,sin contactos, a la espera que «algo» ataque…
El cuerpo comprometido, se va dañando, se transforma…sufre los efectos de «eso»…
La infancia desolada. El abandono.La falta de palabras.
Muy bien logrado por la autora el clima emociona.
Me gusto.
Es verdad lo de «la falta de palabras», no lo había reflexionado.
Saludos.
Bello.
Hermosamente simple, luminoso.
Me encantó.
Me llenó el alma de una brisa fresca y olores a campo.
Es una obra de arte y como tal no puedo mas de disfrutarla. Gracias a la autora por este pedacito de pasión!
Qué lindo comentario, Vanessa. Es refrescante cuando un texto logra evocar sensaciones en los lectores. Un abrazo.
Un cuento conciso que ahoga y juega con la misma sensación de encierro que viven sus personajes. Lo sensorial está muy piola, el color inconfundible que la narradora nos deja imaginar fuera. Cora, ahí clavada como un tiempo helado dentro de otro tiempo helado. Y la imagen final es genial.
Gracias por pasar a leer y comentar, Lucas. Me alegra que hayas disfrutado el cuento. Me parece muy interesante lo que comentas sobre el color que la narradora ha dejado imaginar afuera de ese contexto de encierro. Ojalá que los otros cuentos también te gusten. Un abrazo.
Creo que Bertolé deja planteada una buena jugada con quien quiera tomar las pistas que el texto esparce pero no completa.
Sobrevuelan tópicos como el uso de agrotóxicos en los campos y la biopolítica; el valor del cuerpo como ente totalizador; lo íntimo y lo público, entre otros. No pude evitar la relación intertextual con Distancia de rescate (2014) de Samanta Schweblin.
Qué bueno que te haya gustado el cuento, Vanesa. Eres la segunda persona que compara el cuento con «Distancia de rescate». Ya veremos qué nos comenta la autora al respecto. Un abrazo.
Yo también pensé en «Distancia de rescate»! Creo que es porque me hizo sentir lo mismo que sentí con ese otro cuento. Esa sensación de que algo está por pasar… Y de que querés seguir leyendo pero a la vez no.
Me gustó mucho, también disparó varios temas en mí. La vida en el campo, los agroquímicos. Y obviamente, el encierro, la cuarentena… la imagen de Cora en la ventana dice todo.
Qué bueno que te haya gustado el cuento, Guadalupe. Es llamativa la asociación con «Distancia de rescate» y rescato tu comentario sobre el por qué crees que es así: «la sensación de que algo está por pasar…» Espero que el resto de las lecturas también sea interesante para ti. Un abrazo.
El cuento me gustó. Lo que no, es que la autora me explique la backstage de su desarrollo. Le quita sorpresa y se interpone ante mi propio análisis y hasta me priva de la posibilidad de no entenderlo .
Sí, no suelo ser partidaria de los «backstage», como decís. La mayoría -por no jugarme a decir todos- de los profesores de escritura que he tenido no te dejan decir qué quisiste hacer o dejar de hacer, la onda es que el texto hable por sí solo. Además por eso que también mencionás, que se interpone en el análisis de los lectores.
Pero bueno, hay gente a la que sí le interesan esos datos y, como está titulado, podés obviar leerlo o leerlo después.
Yo por mi parte elegí leerlo de antemano, no sé, para ver cómo me afectaba. De hecho, me terminó gustando que incluyeran la imagen que, de alguna manera, inspiró a la escritora.
Saludos!
Hola Sol, acá la coordinadora del Club de Lectura. Te cuento que, efectivamente, todo coordinador de taller de narrativa te dirá que un cuento debe explicarse a sí mismo, ninguna obra viene con manual de instrucciones. Sin embargo, esta es una actividad en la que queremos aportar algo más que la simple lectura de un texto. Queremos que quien participe también pueda conocer la trastienda del oficio, indagar en los procesos creativos de las autoras y autores. Este es un modo de profundizar en la obra, tanto para quien lee, como para quien escribe. De hecho, el espíritu que originó la revista La Balandra va por ese lado. Es parte de lo que netamente es. La inclusoión del comentario de las autoras y autores es algo que anunciamos desde el vamos en el club: les aportaríamos, además del cuento en sí, un comentario sobre su proceso creativo. Se les advierte en el material que primero lean el cuento, pero cada quien es libre de realizar el recorrido como considere oportuno, como en tu caso, que preferiste hacerlo a la inversa para ver como te afectaba. Y es algo totalmente válido. Espero que te haya servido como escritora. También espero que nos sigamos leyendo.
Un abrazo.
Estimado, entiendo que la mecánica de la lectura es primero leer el texto y luego recién, ver los comentarios de la autora. Leer los comentarios o la trastienda del cuento antes de leerlo completo es contraproducente. Entiendo que la sección de los comentarios de la autora están puestos y son un guiño, para quienes escriben y buscan un know how. Sds
Hola Germán, acá la coordinadora del Club de Lectura. Efectivamente, tal y como dices, el comentario de la autora ha sido incluido en el envío con el objetivo de enriquecer la lectura y no de entorpecerla. Es así como dices «un guiño» para quienes escriben y buscan un «know how», pero también para los lectores curiosos por la trastienda de la escritura. De hecho, como le comentaba a Jorge, la idea es que lean ese comentario luego de haber leído el cuento y no antes, es más, es algo que se especifica en el material. Lamentablemente, no podemos controlar cómo cada quien efectúa el proceso. Pero en el futuro trataremos de aclararlo mejor, quizás haga falta.
Un abrazo.
Hola Jorge, acá la coordinadora del Club de Lectura de Fundación La Balandra. Primero, quiero agradecer tu participación, me alegra que te haya gustado el cuento. Segundo, en atención a tus observaciones sobre el comentario de la autora, te aclaro que no es un capricho de ella sino una decisión mía como coordinadora del Club. La inclusión de ese comentario en el material (y de los que vendrán porque en cada encuentro habrá un comentario de ese estilo) ha sido para enriquecer la actividad. Es un modo de ver la trastienda de quien escribe, algo que se estila en muchos talleres de lectura en los que, de hecho, muchas veces se invita a la autora o autor a conversar sobre los procesos creativos de su obra. Lo que buscamos es contribuir a que quienes leen o escriben vean el lado B del oficio, a que conozcan cómo son esos procesos. En ningún momento pretendemos adelantar (o espoilear, si se me permite el término) sino todo lo contrario. Es más, en el envío que hemos hecho se especifica que, por favor, primero lean el cuento y luego pasen a seguir leyendo el material, precisamente, para que no tengan un juicio previo antes de leer el texto. Sin embargo, no podemos controlar la forma en que cada quien aborda la lectura. Cada persona decide si hace caso omiso o no a la sugerencia. De todas formas, tomaremos en cuenta tus observaciones para seguir mejorando el proceso.
Muchas gracias por participar.
Un abrazo.
Hola Maumy y gracias por responder. De ninguna manera tuve intención de cuestionar el espíritu de la revista y club de lectura La Balandra , claro está la metodología. Si ofrecen un canal de diálogo y opinión solo hice uso de esa opción; donde me pareció muy detallada la explicación de la escritora; sea leída esta antes o después del cuento. Saludos
Hola Jorge, tampoco quise cuestionar que expresaras tu opinión, todo lo contrario. Pero sí me pareció pertinente aclarar que la intención de incluir los comentarios de los autores que compartimos tiene que ver con una cuestión didáctica de enriquecimiento, así evitamos malos entendidos. Por lo general, pido a los autores un breve comentario sobre sus procesos, algunos lo toman por un lugar, otros, por otro. Cada uno es libre de expresarlo como considere conveniente. En el caso de Laura Bertolé, esta fue su manera de contribuir un poco con este espacio que hacemos con mucho esfuerzo y ofrecemos de forma libre y gratuita para el disfrute de todos los que quieran sumarse. Por eso aprecio mucho tu opinión y espero seguir contando con ella para los próximos cuentos. Un abrazo grande.
que lindo cuento, que buen ambiente generado. Que lindo encontrar a Laura en este espacio.
Gracias por pasar a leer y comentar, Fabiola. Espero poder seguir contando con tu participación. Un abrazo.
Me encanta Laura Bertolé. Es el segundo cuento que leo de ella y me gusta mucho como narra y va mostrando de a poco lo que sucede. No me parece que sea explicativa, no concuerdo con el comentario de Jorge Raúl. Creo que plantea un escenario, y sí deja al lector que termine de construír lo que verdaderamente sucede, que en realidad lo sabe cada uno y a la vez no lo sabe nadie, salvo la Bertolé. Yo disfruto mucho leerla. Recomiendo también de ella El peligro menor.
Gracias por pasar a leer y dejarnos tu comentario, Carlota. Me alegra que hayas disfrutado la lectura. Ojalá los otros cuentos también te gusten. Un abrazo.
La ambientación es impecable. Creo que la descripción se potencia por esos momentos narrados en presente.
Por otro lado, hubo momentos en la lectura donde me costó subirme al ritmo (lo leí varias veces, para ver que no sea cosa de una primera lectura). Si bien la mayoría de las frases son ordenadas, algunas no tanto, y es ahí, me parece , cuando se quiebra el ritmo. Y los párrafos tan separados creo que también contribuyen a ese quiebre.
Hay algunos datos que, quizá, fortalecerían la ambientación, como saber qué viste Cora y si está parada o sentada frente a la ventana. Cabe destacar que, en general, las imágenes son contudentes, de ahí el éxito en la ambientación. La estética es muy equilibrada.
Me esfuerzo en hacer estas reflexiones puntuales porque me ayudan a mi propia escritura.
La frase final me compró, que esté en futuro le da una fuerza a la imagen que conmueve y le termina de dar ese halo enigmático a todo el cuento.
Saludos desde Potrero de los Funes.
Hola Sol, gracias por pasar a leer y comentar. Una aclaración: el cuento está armado por secciones, como si fueran pequeños capítulos. La separación entre una sección y otra es un blanco tipográfico que, en narrativa, es un recurso para generar elípsis. Sin embargo, la carga online del texto obliga a cierta separación entre párrafos que da la sensación de blanco pero no lo son. Espero que eso no haya sido lo que te generó ese quiebre del ritmo. También espero que disfrutes el resto de los cuentos.
Un abrazo.
excelente y muy sentido! Bravo!
Gracias por tu lectura y comentario, María. Me alegra que hayas disfrutado el cuento. Un abrazo.
Me gustó mucho. La gran pregunta es si esto no va a ser real algun dia , si el ser humanos sigue privilegiando lo económico a la vida. Tenemos grandes zonas del país, como Entre Ríos , arrasada por el glifosato, con gente muy enferma. Espero poder leer más cuentos de la autora.
Me alegra que te haya gustado el cuento, Juan. Coincido en eso que dices sobre la pregunta de si lo que relata el cuento no pueda llegar a ser real algún día. Por eso creo que este cuento, a pesar de plantear una distopía, también plantea un mundo posible. Ojalá que no. Y por más material de la autora, sigue atento, pronto saldrá su primer libro y seguramente estaremos informando sobre ese lanzamiento desde las redes sociales de la fundación. Un abrazo.
La situación límite se tensa en este buen cuento. En la problemática emerge una oposición existencialista entre la narradora y su hermana Cora, la mayor. La primera abraza la resistencia, asiste a sus hermanos menores y se procupa por el ensimismamiento de Cora. La mayor, pegada a la ventana, quizá apenas debate el motivo que impera en su decisión: escapar a una insípida sobrevicencia o reencontrar a su madre. El camino ya lo conoce.
Me encantó eso de que «El camino ya lo conoce», Gustavo. Creo que es una maravillosa interpretación del significado que cierra el cuento. Ojalá los próximos cuentos que leamos también te gusten. Un abrazo.
Creo que lo más interesante que tiene el cuento es esa atmósfera extraña, inquietante y siniestra. Leerlo en estos tiempos de pandemia le agrega intensidad. Es una foto de un momento de esta familia. Utilizo el término «foto» porque no sabemos por qué empezó esta situación, cuándo, cuándo terminará, dónde está la otra gente, dónde está el padre de la narradora y otro montón de preguntas que como lectores completaremos en nuestra imaginación. Es siniestra la transformación en el cuerpo, por ejemplo cuando la narradora en primera persona dice «hay una parte en el codo donde la piel ya no está y la carne es seca». Todos quedarán consumidos, sin cuerpo. No hay salida. Hay algunos elementos vivos que le dan matiz al cuento y tal vez, sería interesante que hubiera más, o me quedé con ganas de más, para aumentar el contraste: los granos vivos, el deseo de duraznos, el recuerdo de la mamá dibujando.
Fantástico que te haya gustado el cuento, Gabriela. Coincido en que lo más interesante del cuento es la atmósfera. También en verlo como una foto. Creo que uno de los logros de Laura Bertolé es ese entrar y salir de mundos extraños de los que apenas nos muestra una pincelada. Espero que los otros cuentos que leamos también te gusten. Un abrazo.
comento a modo de aporte, no de critica. Creo que la palabra «granos» es inexacta. Los granos no son jugosos, sino las frutas. Son de forma granuladas las semillas y no estarían a la vista para la narradora, ya que están bajo tierra.
El lenguaje simple y las oraciones cortas causan un efecto de levedad, de poca profundización. Como si el narrador no hubiera tenido tiempo suficiente de pensar con mayor espesura en lo que está viviendo, aunque por lo que indica el relato la situación de encierro no es nueva.
El clima de distopía está bien logrado con un economía de palabras claves. El contexto de aislamiento rural también.
El final me pareció un poco ílogico. Cora abre la ventana pero sale por la puerta rompiendo el sellado, además pone en riesgo gravísimo a los demás integrantes de la casa, al dejar entrar aire contaminado. Si bien el narrador da cuenta de que Cora está mentalmente inestable, no hace nada al respecto en ningún momento para evitar que tome una acción drástica.
Si la idea era que el narrador fuera simplón en su vocabulario, en sus razonamientos, sobrepasado por la situación, sin previsión e ingenuo, quizás hubiera convenido tomar a uno de los chicos como narrador y mostrar la distopía desde sus ojos infantiles. Sds
Gracias por tu lectura y comentario, Germán. No coincido con algunas de las críticas pero respeto tu opinión. Para mí, es precisamente a través del lenguaje simple y pausado de la voz que narra que la autora logra imprimirle la extrañeza a este cuento. Me parece que el personaje simplemente está transitando el proceso, no está cuestionándolo porque no tiene nada que cuestionar, tampoco qué profundizar, no tiene nada qué hacer más que esperar. Es un simple testigo. Y sobre el final, creo que la actitud de Cora es una muestra de que ya no le importa lo que le pase a la familia, lo único que le interesa es ese afuera que viene anhelando desde el inicio del relato.
Me encanta que podamos intercambiar estas opiniones. Espero que nos podamos seguir leyendo.
Un abrazo.
Muy bueno. El peligro y la desesperanza, tan presentes hoy en día.
Celebro que te haya gustado el cuento, Sofía. Espero que los que vienen también te interesen. Un abrazo.
Hay un mundo en exterminio. El humano aislado mientras la avaricia de las máquinas avanza hacia la desolación de la tierra y la desintegración de la vida. No se ve quién puede ponerle un límite, tal vez la voz del narrador nos viene a decir que debemos hacer algo, el arte siempre está reflejándonos.
El humano está confinado, expulsado del afuera. Es casual el paralelo entre virus y glifosato, anticipatorio, posible.
El cuadro es inmediato. Cinco huérfanos, una casa aislada, sellada, para que no entre nada de afuera, el afuera del título del cuento. Hay un afuera que ya no es nuestro. El afuera es la cosecha que arrasa la vida. Un cuadro que va creciendo en desolación, en angustia. No hay salvación. Es la tierra sometida al extremo, a sacarle todo el jugo de sus entrañas.
La tensión está lograda por esa voz neutra del narrador que nos va mostrando el deterioro creciente de ellos abandonados a su suerte. La muerte asedia, es irremediable. Por momentos la narración se hace muy cortada, entrecortada, lenta. El tono es sombrío, no puede ser de otra manera.
Lo único que pone una pincelada de vida son los niños detenidos en el tiempo de las fotos. La pregunta por la madre rompe ese universo falso, advierte de la endeblez de ese mundo detenido. La madre detenía esa desolación con sus lápices de colores.
Sugiero que la ventana debería aparecer al inicio, cuando sellan y dejan solo esa abertura. Creo que no hay cortinas en la ventana, no se ven. Me suena que el narrador se mete en la mente de Cora.
No puedo tomar un texto con el bisturí de lo racional, lo verosímil por encima de todo. Sí, la coherencia del relato y en ese plano, hay una coherencia, se ha gestado un mundo indetenible, un cultivo que extirpa las riquezas de la tierra, la agota, hora tras hora, es una metáfora de la casa humana y la naturaleza. Cora ve las máquinas y los aviones y los humanos trabajando día y noche para extraer hasta la última gota de la tierra, y dejarla así, exhausta. Tomarlo así como metáfora no cabe hablar de lo inverosímil de cosechas tras cosechas ininterrumpidas porque no respeta los calendarios de siembra. Son aspectos que se aceptan como un pacto, aunque confieso, a regañadientes. Por ahora, esto.
Gracias por la exhaustiva reflexión, Rubén. Ojalá el resto de los cuentos también te deje una buena impresión. Un abrazo.
El cuento me provoca tristeza, y percibo resignación en la protagonista. Las heridas en la piel se naturalizan, es lo que va a venir, es inexorable. Los niños, cuando el relator no este, quedarán desamparados.
Me gustó el cuento, aunque me pareció angustiante.
Buenísimo que te haya gustado el cuento, Cecilia. Sí, tiene mucho de angustiante y no diría triste pero si melancólico. La protagonista, efectivamente, suena resignada, quizás porque sabe de antemano cuáles serán las consecuencias de lo que ocurre en esa casa. Muchas gracias por haber pasado a leer y comentar. Espero que los otros cuentos también te gusten. Un abrazo.
Genial! bien narrado, muy… sensorial. Me gusta el uso del tiempo presente. Muy bien logrado el ambiente apocalíptico y devastado.
Qué bueno que te haya gustado el cuento, Juli. Gracias por pasar a leer y dejar tu comentario.
Me gustó. Me produjo una sensación de extrañeza y a la vez de familiaridad (de mundos tristemente cercanos). Me recordó la atmósfera de «Distancia de rescate», acá lograda con un sencillo golpe de puño.
Qué bueno que te haya gustado el cuento, Claudia. Efectivamente, la extrañeza es uno de los puntos fuertes de este cuento. Eso y el logro de la atmósfera opresiva. Espero que también disfrutes el resto de los cuentos que iremos leyendo. Muchas gracias por dejarnos tu comentario. Un abrazo.
Fue una hermosa experiencia leer este cuento. Pude posicionarme en algún rincón de la casa y ver lo que narraba la autora.
Me encantó que nos explicara como decidió cambiar la voz de una «falsa tercera» a primera; o cómo en la corrección surgió la idea de cambiar la posición de una oración y colocarla como comienzo. Aquellos que en algún momento intentamos escribir agradecemos los gestos y la orientación en el trabajo.
Una experiencia muy interesante. Ya tengo ganas de que llegue el próximo relato.
Me alegra que estés disfrutando la actividad del Club de Lectura, Susana. Y también que te haya gustado el cuento de Laura Bertolé. Muchas gracias por dejarnos tus impresiones. Espero que el resto de los cuentos también te convoque. Un abrazo y nos seguimos leyendo.
La escritura es despojada, pulcra, como el escenario de horror que construye. La fatalidad como producto del abuso enloquecido y los protagonistas esperando su turno. Excelente. Muchas gracias.
Excelente que te haya gustado el cuento, Graciela. Ojalá los que siguen también te gusten. Un abrazo.
Me gustó mucho el cuento de Laura Bertolé. Gracias por darla a conocer.
Crea una atmósfera inquietante y una tensión que no da respiro en ningún momento del relato.
Lo que más me gustó es el tono narrativo, y el estilo: las frases secas, peladas, como el ambiente de tierra arrasada que se evoca. Me parece que hay un trabajo deliberado con el lenguaje en ese sentido, y no, como se dijo más arriba, que sea una falta de profundización.
Me dio ganas de leer otros cuentos de la autora.
Saludos!
Buenísimo que hayas disfrutado la lectura, JB. Y me parece maravilloso el disenso con la opinión de otros participantes, también las razones para el mismo, creo que eso enriquece este espacio. Yo coincido en el hecho de que se nota que hay un trabajo con el lenguaje para lograr que con poco se diga mucho, sobre todo porque creo que de eso se trata la literatura y los distintos modos de abordarla. Espero seguir leyendo tus comentarios en las próximas lecturas. Un abrazo.
Excelente comienzo, atrapa y genera tensión. Es casi imposible no relacionarlo con esta etapa de pandemia y aislamiento obligatorio. El relato va generando preguntas en el lector y eso me gusta.
Qué bueno que hayas disfrutado la lectura, Cristina. Sí, este cuento tiene un gran inicio. También tiene la gran virtud de sostener la tensión narrativa a lo largo de todo el relato. Me interesó eso que dices sobre que va generando preguntas y que eso te haya gustado. Lo celebro. Espero que los otros cuentos también te gusten. Un abrazo.
Buenas. El primer párrafo me llevó automáticamente a «El extranjero» y la muerte de la madre como tópico, pero el remate «y a nosotros nos dejaron dentro» como cierre del mismo, abrió un nuevo escenario.
Me resulta interesante la construcción de los personajes. El hecho de que la primera de la casa, al tener más recuerdos es la que más complicada está. También cómo para algunos es indispensable el bien común y para otros no, algunos no pueden mirar más allá de su sombra.
El clima generado por las frases cortas, oraciones sin tanta adjetivación, la tensión que se transmite hace eco en un lector acuarentenado.
Está presente en este cuento un leve olor a Distancia de Rescate y a Los peligros de fumar en la cama, pero no lo veo como algo negativo, al contrario, creo que resulta interesante poder reconocer a quiénes elige la autora para hacer de sparring.
Hola, Mei. Me alegra que te haya gustado el cuento y nos dejaras tus impresiones. No sé si Laura Bertolé se haya propuesto hacer de «sparring» con «Distancia de rescate» o «Los peligros de fumar en la cama» pero tampoco lo veo como algo negativo. Creo que hay temas que nos tocan a todos de una u otra forma, la cosa es cómo lo aborda cada autora o autor. Espero que los otros cuentos también te interesen y me gustaría conocer tu opinión sobre cada uno de ellos. Estoy disfrutando mucho leer todos estos comentarios. Un abrazo.
En estos tiempos de encierro nos hemos dado, a la fuerza, más tiempo para dedicarle a esta actividad. Estuve en el ciclo anterior de lecturas y es notable la cantidad y calidad de los comentarios en este nuevo ciclo. Así como las intercambios de opiniones y la moderación de la coordinadora. En cuanto al cuento no voy a agregar nada porque sería repetir conceptos ya vertidos en los comentarios de otros lectores, solo felicitar a la autora por la excelencia del mismo. Y personalmente… Me encanta la sección en la que el autor me cuenta cómo se gestó la historia!! Espero el próximo relato!! Saludos!! Y a quedarse en casa!!
Hola Alicia, acá Maumy González, coordinadora del Club de Lectura. Me pone muy contenta que hayas vuelto a sumarte activamente al grupo de lectores. Es un placer que esta actividad pueda hacerles esta cuarentena un poco más amable. Esa es la idea, tratar de sacarle el mayor provecho a esta situación. Y me alegra que esta nueva lectura también te haya interesado. Tu aporte será siempre bienvenido, entre todos enriquecemos este espacio. ¡Y el lunes vamos con otro cuento! Espero que también te guste o, al menos, contribuya a hacerte pasar un buen momento. Un abrazo.
Es interesante la utilización del tiempo presente porque acerca los hechos a la actualidad. Esa atmósfera extraña, cargada de misterio, se siente. Recordé algún cuento de Mariana Enriquez. Nada se explica y ahí reside la clave de la historia. Y el final, en especial. Ese final es inquietante. Por otro lado, es una historia tan veosímil, tal vez por el momento en que estamos viviendo que forma parte de nuestro mundo.
Es interesante lo que comentas acerca del tiempo verbal utilizado para contar la historia, Mercedes. Creo que sí, el hecho de estar narrado en presente lo acerca a la situación que estamos viviendo actualmente y es probable que por eso suene tan vigente. Me alegra que hayas podido disfrutar su lectura y espero que los cuentos que vienen también te interesen. Un abrazo.
Al igual que muchos lectores, lo relacionè con Distancia de rescate, le encuentro algunos puntos de contacto con esa historia.
Gracias por pasar a leer y comentar, Viviana. Sí, hay varios que han relacionado a «Distancia de rescate» con esta historia. Supongo que hay puntos de contacto por el contexto histórico en el que hemos estado inmersos en los últimos años como sociedad. Ojalá que los próximos cuentos también te convoquen. Un abrazo.
Bueno, no descubro nada diciendo lo actual que me resultó el cuento. Es inevitable el paralelismo con nuestra actualidad. Luego, encuentro excelente el detalle descriptivo de la narradora, sin demasiadas palabras crea sensaciones que nos invaden como lectores, de una manera fuerte. Quizá cuente aquí lo que estamos atravesando a nivel mundial. Me parece que la autora supo abarcar variados y diversos temas de debate, como los agroquímicos industriales y otros más personales.
Lo viví palabra a palabra, muy al estilo de Samantha Schweblin.
Qué bueno que hayas disfrutado la lectura del cuento, Gabriela. Sí, hay cierto paralelismo entre nuestro ahora y el contexto usado para la historia. Lo más interesante, creo, es el hecho de que fue escrito en 2014 y, aun así, resuena con mucha vigencia. Gracias por tu lectura. Gracias por tu comentario. Un abrazo.
El clima que genera el cuento es inquietante y se «solidariza» con la angustia y el miedo reales en tiempos de pandemia.
Buenísimo que te haya gustado el cuento, María Rosa. Sí, esta historia de Laura Bertolé viene muy a tono con la situación de aislamiento social obligatorio que nos toca transitar ahora. Ojalá que los otros cuentos, que vienen en otros tonos, también te interesen.
Un abrazo.
Hola. Lamentablemente no entré en el clima. Tiene una prosa limpia y fluida. Muy bien la frase con que arranca, pero de repente pasaron 3 años desde que se llevaron a la madre… Hubiese acortado esa franja de tiempo, ya 3 meses de chicos solos encerrados sin la madre, o un mes quizás, es fuerte. Quizá a mí me hubiese pegado más. Me gustó mucho el tema del campo y los agroquímicos. Felicitaciones a la autora!!!
Lamento que no hayas logrado entrar en clima con la lectura, Fernando. Algunas lecturas nos convocan más que otras. Ojalá que los otros cuentos te lleguen a interesar más. Un abrazo.
Hola! El cuento me parece un acierto poético. En primer lugar, por lo que ya se expuso en otras lecturas, logra muy bien el suspense y atrapa. Además, el verosímil que crea, combinándose con situaciones que llevan a un futuro posible, considero que hace del suspense algo también inquietante para quienes leemos hoy… Y en eso reside el acierto poético para mí. El desvanecimiento final del cuerpo de Cora es el verdadero conflicto, que se expresa desde el título (si hay un afuera hay un adentro y en ese límite se dirimen problemas). Lo inquietante de ese mundo para nada imposible es que está parcialmente presente hoy y tiene que ver con el alejamiento, la distancia corporal, el contacto virtual como único medio de supervivencia. Gracias por compartir este cuento! Abrazos
Qué bueno que te haya gustado el cuento, Juli. Me gustó mucho tu manera de interpretar la historia. Espero que también disfrutes el resto de las lecturas, cada una tiene su encanto. Te dejo un abrazo.
Disfruté mucho la lectura del cuento. Me hizo acordar a los cuentos de Samanta Schweblin, me gusta ese tipo de atmósferas, y el uso justo y preciso de las descripciones, como por ejemplo: «Hay una parte en el codo donde la piel ya no está y la carne es seca». Tal vez la referencia a los aviones rociando algún tipo de agroquímico esté de más, por ser un lugar tan común hoy en día, pero es sólo una opinión. Todo el relato se sostiene perfectamente y se va encaminando, sin previo aviso, hacia un final que no defrauda.
Me alegra que hayas disfrutado la lectura, Leandro. Veo que, como a otros participantes, la historia también te ha recordado a Samanta Schweblin. Creo que hay una cuestión con el momento histórico que toca la prosa de los autores y hace que dialoguen con temas similares, lo cual nos lleva a asociarlos. Espero que los próximos cuentos también te convoquen. Un abrazo.
Muy buen cuento y una linda experiencia poder leerlo un sábado a la mañana café mediante. Como leí en muchos comentarios, lógicamente tiene un sabor especial la historia en este tiempo que nos toca, lo cual también está bueno porque los cuentos no «son» por sí mismos sino que se completan cuando pasan por el cuerpo del/la lector/a. Me gustó la construcción del ambiente en todo el relato y la voz elegida para narrar, en función del comentario de la autora. Sobre ese punto me parece una buena idea que cada autor/a pueda compartir parte del proceso o sus sensaciones, me gustó leer la historia primero y después «charlar» en alguna medida con quien estuvo detrás. Felicidades a la autora y gracias por proponer esta experiencia!
Hola Matías, muchas gracias por tu lectura y comentario. Me alegra que hayas disfrutado el cuento y la dinámica de conocer el «backstage» de la historia a través de esa «charla» con la autora. Ojalá que los próximos cuentos también te convoquen. Un abrazo.
Hola a todos, quiero agradecerles por la lectura atenta y los comentarios. No es habitual tener este contacto con lectores tan dedicados, cada aporte, cada observación son más que bienvenidos y los tendré en cuenta para textos futuros. Gracias nuevamente, me gustó mucho leerlos. Saludos!
Me parece impecable. Y tan premonitorio.
Maravilloso, Nora. Sí, es un cuento bastante premonitorio, tomando en cuenta que fue escrito mucho antes de todo lo que está pasando actualmente.
Un abrazo grande.
me gusto mucho el cuento, en especial la diferencia entre el adentro y el afuera. Creo que los detalles de lo cotidiano en la casa suman mucho. Quizás es un cuento fantástico o un capitulo de black mirror argento, en cualquier caso es super efectivo! un saludo para la autora.
Genial que te haya gustado el cuento, Stella. Es curiosa la comparación con Black Mirror. No lo había pensado.
Ojalá que los otros cuentos también te gusten.
Un abrazo.
!Lo disfrute mucho! !Excelente elección para un momento de encierro como este!
«AFUERA»
Me gustó el cuento. Me costó descubrir el ritmo (lo leí varias veces, hasta encontrarlo)
La mayoría de las frases son ordenadas. La descripción se potencia por algunos momentos que son narrados en presente. La estética es equilibrada.
Los datos fortalecen la ambientación. Si bien el cuento favorece la imaginación del lector me hubiera gustado tener más detalles de la situación y de los personajes. Donde está el resto de la familia? ¿Cómo se originó lo que pasa? …
Me impactó el final porque da esperanza “después vendrá la siembra y ….Es conmovedor ,tiene algo de misterio.
A lo largo de la lectura me planteo si lo que relata podría llegar a ser real algún día, creo que es un mundo posible.
Estas reflexiones me ayudan a analizar y mejorar mi propia escritura. Maria Antonia
Hola María Antonia, me alegra que este cuento haya despertado tu curiosidad y te ayudara a reflexionar sobre tu propia escritura. Si hemos logrado eso me parece maravilloso. Un abrazo y nos seguimos leyendo.
Leo tarde, pero leo al fin. Y me encantó.
Nunca es tarde, Lucas. Me alegra que hayas podido pasar a leer y mucho más que te haya gustado el cuento.
¡Un abrazo!
Hola, ayer me llegó la invitación para leer el cuento. Debo decir que me pareció súper actual en relación con las situaciones que se viven actualmente en los sembradíos, invadidos de agro tóxicos.
Cuando comencé a leerlo lo relacioné con lo que estamos viviendo con la pandemia y un posible caso de una casa que estaría siendo aislada, pero enseguida te das cuenta que está relacionado con los pesticidas.
Por ahí leí, y me parece acertado, encadenarlo con Distancia de Rescate.
Me gustó mucho el cuento por lo actual y terrible de la situación que se vive fumigando casi sobre poblados o escuelas.
¡Gracias!